Este escrito es una breve narración de mi experiencia docente, donde he tenido aciertos y dificultades que han permitido ir transformando mi práctica docente.
Corría el mes de agosto del año de 1976, estaba a punto de terminar como ingeniero industrial en el Centro Nacional de Enseñanza Técnica Industrial (CeNETI).
Me encontraba acompañado con dos de mis mejores amigos, ya íbamos rumbo a la salida del centro, cuando nos alcanza el Ing. Fausto Lagunas Reyes, que era maestro de la escuela, pero además trabajaba en otra institución como director de la Escuela Normal de Maestros de Capacitación para el trabajo Industrial (ENAMACTI).
Nos dice: ¿Ya tienen trabajo?, a lo que le respondimos que no.
Nos dijo échenme la mano dando clases de matemáticas en la (ENAMACTI).
Me faltan maestros, lo acompañamos en ese instante, nos tomaron nuestros datos y a partir de ese momento empezamos a dar clases
Esto no nos causo ningún problema ya que el CeNETI nos formaba como profesores de enseñanza tecina industrial y se egresaba como tal a la mitad de la carrera de ingeniero industrial.
El ser profesor es una de las profesiones más gratificantes que hay ya que permite ayudar a mucha gente, en su proceso de formación en el área de su competencia.
Tal vez no se gana mucho dinero como en otras profesiones, pero tiene algo que causa adicción de la buena, porque el que llega a caer en ella ya no quiere salirse.
He trabajado en los niveles tanto superior, medio superior y secundaria, cada uno de estos niveles, tiene sus propios retos para el docente, pero es en el medio superior en donde el maestro mediante su actuación y comportamiento influye sobre el alumno para que este siga estudiando una carrera larga, pero aun si esta es terminal lo prepara para la vida laboral.
En mis 33 años de servicio docente he visto pasar muchas personas por las aulas, algunas me las he encontrado en la calle y me saludan con agrado y me cuentan que terminaron alguna carrea profesional, otros tienen su propia empresa, otros más son docentes etc., quiérase o no eso da una satisfacción ya que parte de uno está en esa persona.
Pero también he tenido momentos malos , cuando al dar un tema este no ha sido entendió como uno quiere o de plano te sale mal todo lo que planeaste y me he llegado a sentir como cucaracha fumigada.
Corría el año de 1989, para ese entonces trabajaba en la mañana en la industria como jefe de ingeniería industrial en una empresa dedicada a fabricar los asientos de los coches de la Nissan ubicada en el pueblo de San Nicolás Tlazala en el estado de México, y por las tardes como maestro en la ENAMACTI en la delegación de Azcapotzalco en el D.F.
Como hacía mucho tiempo de recorrido de la empresa a la escuela, pedí mi cambio al Cetis 29 en la delegación de Cuajimalpa D.F, con lo cual se reducía drásticamente el tiempo de traslado, ahí dure ocho años dando todas las materias de matemáticas, y física, era el cuarto año de laborar en esta institución cuando me manda llamar el director para decirme que los alumnos se quejaron porque yo les exigua demasiado y que el nivel de enseñanza era alto y muy estricto en la forma de evaluar, el cual me pidió que suavizara la cosa para que los alumnos estuvieran a gusto.
A raíz de esto, la subdirectora me hizo una invitación para que estudiara un diplomado sabatino, el cual sería impartido por la UNAM titulado “Educación Matemática”, a lo cual acepte.
En este diplomado entre en contacto con diferentes pensadores como Piaget, Ausubel Bruner, Vigotsky, etc., que me permitió entender cómo opera el cerebro para procesar y retener la información, estos autores, fueron influyendo en mi forma de dar la clase y también en la forma de evaluar a los alumnos, esto fue muy enriquecedor para mí ya que me permitió tomar el salón de clase como laboratorio y poner a prueba diferentes formas de enseñanza, basadas en estas teorías y note una mejora significativa, en el aprovechamiento de mis alumnos.
Después de terminar el diplomado, a invitación expresa del maestro Juan Recio Zubieta coordinador de la maestría de “Educación Matemática” de la unidad de posgrado del CCH a que terminara la maestría, le tome la palabra y me puse a estudiar el grado.
Esto me beneficio grandemente ya que adquirí más conocimiento de las diferentes teorías de educación, amén de que aumente el nivel de matemáticas para beneficio personal y de mis alumnos.
En el lapso desde que yo era estudiante de vocacional a ser maestro he experimentado diferentes cambios de paradigmas, cuando era estudiante se decía que un buen maestro era el que tenía más reprobados, después cambio y era mal visto aquel profesor que reprobaba muchos alumnos, ahora se tenía que buscar la manera que el alumno aprendiera y pasara por el mismo la materia.
Actualmente estamos experimentado otro cambio de paradigma que es el uso de los medios informáticos, mediante el uso de las TIC y del internet, que debemos de utilizar para que nuestros alumnos adquieran conocimiento y desarrollen ciertas competencias.
Esta especialidad que estamos estudiando, en lo personal me ha obligado a irme metiendo poco a poco al uso de la computadora y a las diferentes herramientas que esta tiene para hacer los trabajos que nos piden en cada actividad de los diferentes módulos que hemos cursado, eso es bueno ya que le he ido perdiendo el miedo y ahora le saco más provecho a estos medios, ya que tengo acceso a fuentes confiables de información sobre mi materia, con lo cual me permite dar mejor mi clase.
Tutora Claudia
Grupo 90